La torre de la marca italiana tendrá 12 pisos y 200 departamentos a todo lujo.
Ubicado en el corazón de la Recoleta, el único local Emporio Armani dejó de funcionar en abril de 2009 debido a las trabas a las importaciones. Ahora, la marca italiana retorna al país con una de sus nuevas líneas de negocio: el branding para el Real Estate del más alto nivel. En alianza con la desarrolladora local ABV, Armani construirá una torre de 12 pisos en la esquina de Guido y Ortiz, en una de las manzanas más cotizadas de la Recoleta, con la que se espera facturar US$50 millones.
Es un proyecto para edificar 200 unidades, de entre 50 y 150 metros cuadrados, complementados con amenities 5 estrellas (piscina climatizada, gimnasio, sala cine, sauna y front desk, entre otros), mobiliarios, tapices, alfombras y la decoración, todo bajo la supervisión del equipo de Giorgio Armani. “El concepto es la vivienda de alto lujo con una concepción hotelera”, explicó Ioram Amsel, socio de ABV.
La división Armani Casa nació en 2003 y hoy lidera el mercado de decoración de interiores, con un catálogo –que se renueva anualmente, pero manteniendo siempre los diseños minimalistas y elegantes– de muebles, luces, vajillas, accesorios, telas, alfombras, luminarias y objetos de baño y cocina. En paralelo, se establecieron alianzas con desarrolladoras para la construcción de edificios, hoteles y complejos de viviendas, todo con el sello y el estilo sofisticado del célebre diseñador de moda italiano.
Amsel señala que la torre de Recoleta estará terminada en 2020. “Tenemos un muy buen acuerdo con Armani, de exclusividad para el desarrollo y el uso de la marca en la Argentina, y este es el punto inicial”, dijo el empresario aludiendo a futuros proyectos de edificación. En rigor, ABV avanza en la construcción dos edificios (unos 40.000 metros 2) en Asunción del Paraguay, en asociación con el grupo italiano. “En Italia están interesados en la región, porque tienen muy poca presencia”, añade Amsel. Sin embargo, los acuerdos por ahora están circunscriptos a estos dos países.
El negocio de Armani radica en explotar la marca, más allá del mundo de la moda. Pioneros en la incursión del Real Estate, en los últimos años se fueron sumando otras empresas enfocadas en el universo de lujo, tanto de diseñadores de la alta costura internacional (Versace, Fendi y Missoni) como del sector automotriz, como Porsche y Bugatti. Sin ir más lejos, la británica Aston Martin cerró trato con la desarrolladora de Coto, para construir un lujoso complejo de condominios en Miami, de 66 pisos, que se llamará “Astor Martin Residences”.
Las alianzas no sólo pasan por poner la marca en un edificio. Aston Martin, por caso, además del nombre el fabricante de autos aportará sus propios diseñadores para los espacios comunes de los condominios, como el spa, el gimnasio, las salas y los lobbies. Algo similar a lo que ocurrirá con el edificio de Armani en la Recoleta: “Ellos, básicamente, controlan los diseños de las áreas comunes, como mobiliario, tapices, alfombras, lámparas de pie, veladores. Y el diseño de obra en el hall y los salones. El equipamiento de las unidades, los propietarios tendrán la posibilidad de adquirir un kit Armani”, detalla Amsel.
La asociación de una marca de lujo eleva el valor del metro cuadrado. A nivel internacional, el porcentaje puede crecer hasta un 30% por encima del promedio de la zona. En el caso de Recoleta, el metro cuadrado en esas manzanas oscila entre US$3.300 y US$3.500, según estadísticas de Reporte Inmobiliario. “Con una marca Armani el precio podría hasta duplicarse”, estima Germán Gómez Picasso, director de esa consultora. Esos precios posicionarían a la torre muy cerca de los valores que se encuentran en Puerto Madero, una de las zonas más caras de la Capital Federal.
De uno u otro modo, Armani Casa eligió a Buenos Aires para instalar una torre, tal como ya lo hizo en Dubai, Beijing, Estambul, Manila y, más recientemente, en Sunny Isles, Miami. Este último desarrollo está en manos de dos desarrolladoras (Dezer Development y The Related Group), bajo la dirección del arquitecto argentino César Pelli (el creador de las Torres Petronas) y consiste en un lujoso edificio de 260 departamentos, con precios de entre 2 y US$9 millones. “La gente ya no busca comprar lo más barato, sino calidad”, dijeron.
Damián Kantor
Clarín | Economía